True crime: La fascinación del mal
de Vicente Garrido
Publicación: 3 febrero 2021
Editorial: Ariel
Páginas: 672
ISBN: 978-8434433236
Biografía del autor
Vicente Garrido es catedrático acreditado de Criminología en la Universidad de Valencia, así como una de las autoridades más reconocidas en el ámbito de la criminología violenta. Ha sido consultor de Naciones Unidas y ha asesorado en diferentes casos a la policía y la Administración de Justicia. Entre sus libros destacan El rastro del asesino, Cara a cara con el psicópata, Los hijos tiranos, Asesinos múltiples y Nuevos perfiles criminales.
Sinopsis
¿Por qué nos fascina la violencia y en particular el asesinato? ¿Cuánto hay de ficción y de realidad en los productos que se presentan bajo la etiqueta de true crime? Al buscar la respuesta a estas preguntas, Vicente Garrido nos ofrece un extraordinario análisis del crimen a partir del relato característico del true crime: la mente criminal, la escena del crimen, los investigadores, las víctimas, el juicio y la condena.
Partiendo de numerosos ejemplos literarios y audiovisuales ―desde las novelas de Truman Capote y Norman Mailer hasta las series más famosas de Netflix y HBO, pasando por crónicas y ensayos de expolicías y periodistas de investigación―, el autor nos desvela cómo el estudio del true crime por medio de los principios fundamentales de la criminología y otras ciencias afines nos permite reflexionar sobre la naturaleza de la violencia humana.
Ante el aumento exponencial de las series documentales o de ficción basadas en crímenes reales, así como de la novela policíaca y negra, Vicente Garrido analiza más de sesenta productos culturales ―entre libros, películas, series, podcasts, etc.― para mostrarnos no solo la narrativa propia del true crime, sino lo que este género puede enseñarnos sobre la maldad.
Nota de prensa
EXTRACTOS DE LA OBRA
(«Emplearemos la expresión anglosajona true crime en vez de utilizar la más larga correspondiente a la traducción en castellano basada en un crimen real o basada en hechos reales.»)
«El true crime ha experimentado en la actualidad un cambio sustancial gracias a una poderosa industria [con plataformas como HBO o Netflix] que se dedica a canalizar obras de ficción basadas en hechos reales y documentales sobre casos criminales.»
LAS RAZONES DEL FENÓMENO
«Entretenimiento del bueno y conocimiento de la sociedad, crítica social y análisis sobre el mundo en que vivimos y nuestro papel en él. Supervivencia e identidad. La naturaleza racional y la sombra que se esconde en nuestro subconsciente. Todo esto es el true crime.»
«Sin duda hay varias razones que explican este crecimiento sin precedentes. La PRIMERA es que el asesinato y otros crímenes violentos —como la agresión sexual— ofrecen una narración altamente dramática, donde los elementos del suspense y del misterio crean una historia que atrapa al espectador —o lector— con ciertos elementos que todos conocemos: el orden social se quiebra por el asesinato, hay una investigación para identificar y detener al autor, y finalmente la justicia se restaura mediante el castigo del culpable; o bien se frustra porque no se ha hallado al asesino o porque la resolución deja dudas, presenta ángulos oscuros y no es satisfactoria.»
«Una SEGUNDA y poderosa razón es que los true crime actuales han expandido mucho su foco y, junto con este guion clásico de crimen-autor-justicia, ahora la propia realidad social exige que la cultura popular tome en consideración otros tipos de delincuencia que cada vez se estiman más dañinos, como la cometida por gente con poder económico o por instituciones o autoridades del Estado, sin olvidar prácticas criminales sobre las que había un muro de ocultismo, como el abuso sexual infantil, el acoso sexual en el trabajo o el funcionamiento de las sectas, algunas de las cuales pueden tener vínculos muy sólidos con los ámbitos de poder.»
«Un TERCER ARGUMENTO, relacionado con el anterior, es que el true crime probablemente se haya convertido en el medio más agudo con el que hacer una comprobación continua de las libertades, los derechos y las obligaciones de la democracia, al ofrecer una crítica compleja y elaborada de todos los aspectos y condicionantes de una determinada realidad o fenómeno criminal […]. En la ficción y el documental true crime, en cambio, encontramos un desarrollo exhaustivo de lo sucedido, de los antecedentes y las consecuencias, a lo largo de varias horas.»
«Una CUARTA RAZÓN es que el true crime […] también nos acerca al aspecto humano, a la psicología y las experiencias de los protagonistas […].En el true crime nos asombramos ante los motivos y el proceder del asesino, o de quien abusa del poder impunemente durante años, al tiempo que conocemos los apoyos con los que contó o las debilidades del sistema que los consintió.»
«Finalmente, y como trasfondo, está la naturaleza humana. Un buen true crime documental o de ficción (basado en hechos reales) habla de nosotros, de nuestros miedos y esperanzas, de nuestras virtudes (coraje, tenacidad, sentido de la justicia, empatía, sacrificio, responsabilidad, amor, redención) y debilidades (envidia, odio, celos, ambición desmedida, miedo egoísta, traición, deseo de poder y de placer sexual ilegítimos). En suma, habla de todo aquello de lo que ha tratado la gran literatura desde siempre y el arte cinematográfico desde sus inicios, y que hallamos en Shakespeare y Otto Preminger, en Stevenson y Orson Welles, en Raymond Chandler y Alfred Hitchcock. Y por esto mismo, nos enseña a vivir, a entender nuestras pesadillas y a poder hacer algo al respecto, al menos en nuestra imaginación.»
CUANDO LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN
«Se podría decir, sin lugar a dudas, que la sociedad crea su opinión acerca del crimen de acuerdo con cómo los medios de comunicación y las obras true crime lo representan.»
«El profesor Peter Brook ha señalado que “la narrativa es omnipresente en la ley”, y que “no hay duda de que cualquier abogado penal sabe, de forma instintiva, la importancia de la presentación de una historia”. Y, de acuerdo con la profesora Stella Bruzzi, lo mismo puede afirmarse de los realizadores de documentales: la narrativa más efectiva y dramática proviene de la realidad, no de la ficción, “y el relato criminal verdadero, especialmente el que termina en un juicio, posee tal cohesión narrativa que no requiere de una amplificación artificial, lo que lo hace idóneo para los filmes de no ficción”.»
«Los criminólogos sólo hace relativamente poco tiempo que nos hemos interesado por la producción artística que se ocupa del crimen real como fundamento o inspiración. Nos habíamos ocupado, es cierto, de analizar a los medios de comunicación, buscando contestar preguntas como, por ejemplo, las formas en que éstos representan diferentes crímenes ante el público, o la imagen que transmitían de la policía, de los tribunales o de las víctimas.»
El mal primigenio. True Detective (2014)
«¿Por qué esta serie, puramente de ficción, aparece en un libro sobre true crime? [Porque] en la exploración de True Detective que proponemos, están muchas de las claves que definen las historias criminales basadas en hechos reales. En primer lugar, la fragilidad que acompaña a todo ser humano y, en particular, a las víctimas más precarias, las desposeídas de estatus y de resonancia, cuando se enfrentan a un verdugo decidido a vejarlas y matarlas […].»
«Por otra parte, la estética de la serie, donde se entrecruzan momentos temporales diferentes canalizados por las entrevistas a las que se someten a Rust y Marty, y el uso general de una cámara siempre inquisitiva que se alterna con imágenes de horror, influyó poderosamente en las obras basadas en hechos reales.»
«Pero, sobre todo, esta obra hipnótica de ficción supo representar, como ninguna otra, dos tipos de realidades radicales. La primera […] es la del mal primigenio o, si se quiere, el “puro mal”, que nace de la naturaleza del ser humano que ha trascendido toda obligación moral para, literalmente, nutrirse del dolor de sus víctimas y del placer que obtiene vejando y asesinando sus cuerpos […]. La segunda realidad radical versa sobre la imposibilidad última de hacer justicia, porque ese mal radical causa siempre “un sufrimiento radical” que nunca será reparado, por más que sea adecuada la actuación de la policía y los tribunales.»
Ficción y realidad. A sangre fría (1966)
«Desde que se publicó la obra en 1966, no ha cesado el debate de hasta qué punto la novela recoge de modo fiel los hechos narrados […]. Está claro que Capote se inventa descripciones de estados subjetivos y conversaciones que en modo alguno él podía conocer; sin embargo, se desprende una gran verosimilitud, que es producto de que esas descripciones contribuyen de modo coherente a la “verdad del significado” de la obra.»
«Al margen de la discusión sobre su fidelidad a la realidad, lo cierto es que A sangre fría no sólo señaló el inicio de un género, sino que expuso ante la sociedad de Estados Unidos (y, por la influencia de este país, de otros muchos lugares) nuevas formas de concebir el crimen y a los criminales, así como una importante reflexión sobre la pena de muerte.»
«La cultura popular (las novelas, obras de teatro, películas) y los medios crean los “fantasmas” que pueblan los espacios del horror del crimen y perviven a lo largo del tiempo. Ésa es la razón de la existencia del turismo del crimen, ya sea en las calles del Londres de Jack el Destripador, en el Dallas donde fue tiroteado el presidente Kennedy, o en la Romana donde fueron asesinadas las niñas de Alcàsser. Son lugares que conservan sus fantasmas —espacios encantados—, como la casa que sirve de lugar de sacrificio para la familia Clutter en A sangre fría.»
PIONEROS Y CLÁSICOS DEL TRUE CRIME
«Que Poe y Conan Doyle se sintieran atraídos por el crimen real no deja de ser hasta cierto punto lógico en escritores de ficciones policiales, al igual que su interés por desarrollar métodos más precisos para capturar a los criminales, en el caso de Poe mediante el énfasis en los principios del razonamiento riguroso que mostraba Dupin en sus aventuras, un sistema que Doyle llevó a su máxima expresión en Sherlock Holmes y su célebre “ciencia de la deducción”.»
«También es significativo que los dos grandes creadores de la literatura policial promovieran el progreso de la razón, la ciencia y el método como forma de resolver los crímenes al tiempo que tenían tan gran interés en los espíritus y otros fenómenos de ultratumba; pero no debe extrañarnos, porque en el siglo XIX coexistió una visión romántica de la existencia que jugaba con todo lo misterioso que la muerte podría atribuir a la vida, con un mundo cada vez más atento a la ciencia como guía del progreso, sobre todo a partir de que Darwin publicara El origen de las especies (1859) y diera un golpe mayúsculo a la religión como rectora del destino del hombre.»
Estereotipos sociales. Serpico (1973)
«Por supuesto, los estereotipos raciales y sociales siguen siendo importantes, y en Serpico vemos que los policías incluso los tienen en cuenta en sus corruptas economías.»
«¿No es cierto que la policía en Estados Unidos es una de las más letales del mundo? Si hablamos de democracias, aunque sean formales, probablemente sólo Filipinas, México y Brasil la igualen o superen. No obstante, no podemos olvidar el gran hecho diferencial: el derecho de los ciudadanos a llevar armas. Este factor es crucial. Imaginen que ustedes van andando por Toledo o Madrid o Barcelona y que cualquier ciudadano que se acerque a un policía pueda llevar una pistola bajo el jersey o la chaqueta. Si un Estado promueve el mensaje de que la violencia es algo esperable en numerosas circunstancias, la policía tendrá un nivel de tolerancia ante las situaciones ambiguas mucho más bajo que el de otros países.»
O. J. Simpson: Made in America (2016)
«Veinticinco años después existe el convencimiento de que ese veredicto hoy hubiera sido imposible, y no obviamente porque ya no exista el problema de la violencia policial hacia los afroamericanos —aún resuenan cuando escribimos estas líneas los disturbios provocados por el asesinato de George Floyd tras once minutos de tortura, y todo el movimiento de protesta civil que #Blacklivesmatter protagonizó—, sino porque la sensibilidad actual hacia la violencia de género no habría permitido que una historia como la de O. J. con Nicole hubiera quedado impune.»
ASESINOS CREADORES
«De acuerdo con el sociólogo Jack Katz, algunos sujetos experimentan el crimen como algo creativo y positivo […]. Ahora bien, esa creatividad puesta al servicio de la maldad no sólo se dirige al homicidio o al asesinato múltiple, sino que también se puede observar en las nuevas formas criminales en las que participan personas e instituciones con poder, ávidas de un beneficio económico que tiene como consecuencia el olvido de las buenas prácticas para amasar fortunas, y que ponen en peligro el bienestar social y la salud de millones de personas.»
«Jack Katz [también] nos previno del atractivo que tiene para el asesino poseer una forma de interpretar el mundo donde él imponga las normas, al tiempo que muestra a los demás que él no es como el resto: es especial porque va a hacer algo “grande”. En esa nueva identidad, el narcisismo ocupa un gran protagonismo, sobre todo en los asesinos múltiples en un solo acto; en algunos casos, ese trastorno puede ser un acompañante de la psicopatía, de tal modo que a la insensibilidad emocional, falta de empatía y falta de conciencia de ésta se une la convicción de sentirse superior a los demás, una creencia que, si resulta contrariada —es decir, si los otros actúan en contra de sus deseos y lo desvalorizan, agravian o humillan—, provoca la llamada “herida narcisista”, y con ello la posibilidad de una violencia letal, pues la venganza es el combustible emocional primigenio.»
«Las personas banales causan los mayores males por razones comunes y corrientes, aunque es lógico que la muestra de asesinos que puebla el universo del true crime esté sesgada hacia la excepcionalidad y la “rareza”. Como dijo Alfred Hitchcock, la película es mucho más interesante si el villano también lo es.»
El efecto copycat
«Un crimen copycat es un crimen inspirado por otro que ha sido publicitado en los medios o bien representado en medios artísticos como obras audiovisuales de ficción o de otra índole. La “inspiración” significa que el delincuente que realiza la imitación incorpora aspectos que identifican o individualizan el crimen original.»
Propaganda y terror en tiempos del ISIS
«La idea central que está detrás de la propaganda del ISIS es copiar a los maestros de Hollywood, y Marant lo deja muy claro [en Terror Studios (2016)] cuando intercala imágenes de los vídeos hechos por los yihadistas con secuencias de películas o de videojuegos que claramente son la inspiración de esta propaganda. En el caso anterior, es muy revelador ver la similitud estética entre esa ejecución de un hombre arrodillado a merced del otro, y la escena final de Seven, de David Fincher, cuando Kevin Spacey está a merced de Brad Pitt.»
LA BANALIDAD DEL MAL
«La llamada “banalidad del mal” es un concepto acuñado por la filósofa Hannah Arendt para significar que el crimen más infame que puede cometerse, el genocidio de todo un pueblo por parte de un Estado totalitario —el “mal absoluto”—, no precisa de mentes privilegiadas ni de psicópatas para su ejecución, sino de gente que, sin pensar en profundidad, se apreste a cumplir con los deseos del Estado genocida. En otras palabras, sujetos que no tienen una capacidad de reflexión moral ni de comprender los efectos reales de sus acciones.»
«Hacer padecer y matar es el objetivo; actuar como un malvado es ya la recompensa. Desde esta perspectiva, un jefe mafioso y asesino no practicaría el mal absoluto si las torturas y crímenes que manda cometer —aunque en algunos casos los disfrute con el sabor de la venganza— son un medio o instrumento para conservar el poder.»
El caso Asunta (2017)
«Si ambos están cuerdos, ¿por qué matar a su hija? Desde la distancia, el único recurso es pensar con ustedes. Recuerden, primero tuvimos que definir toda la planificación del crimen como absurdamente incriminadora. Esto por sí no prueba nada, hay otros muchos casos que son muy fáciles para la policía y el autor pensó que se iba a escapar (sin ir más lejos, el otro célebre caso de Ana Julia Quezada y el asesinato del hijo de su pareja), pero es un indicador de que todo el proyecto era una ensoñación absurda, una quimera, una fantasía que fue interpretada como beneficiosa para ambos, e incluso quizá también para la propia niña que, sin sus abuelos, ya no podría ser tan feliz. No se pueden administrar 27 gramos de lorazepam en un día y pretender que eso no vaya a tener consecuencias. Sin llegar a constituir una causa legal para atenuar y — mucho menos— exonerar la culpabilidad, no podemos sino pensar que ambos caminaron por esa zona gris, indefinida, entre la realidad y lo que deseaban que fuera real —una vida más libre, sin la responsabilidad de hacer frente a una niña que pronto sería mayor—, algo que corroyó su inteligencia y su espíritu, y que los metió en un laberinto del que no pudieron escapar.»
El crimen como evolución
«Si el ser humano mata por razones variadas, y si todos tenemos ese impulso porque durante nuestro desarrollo evolutivo fue un arma eficaz para sobrevivir y reproducirnos, ¿por qué solo algunos deciden matar, y la mayoría se abstiene, aunque alguna vez haya deseado hacerlo? La respuesta tiene que ver con aquello que esté en juego (por ejemplo, la autopreservación o la de nuestros familiares), y con la capacidad que tenga el individuo para poner en práctica soluciones alternativas que no pongan en riesgo su vida o su libertad, como cuando es condenado por la justicia, dado que tanto la represalia de los familiares o de la justicia son siempre elementos que considerar antes de tomar la decisión.»
ASESINOS EN SERIE
«Sin duda, el asesino en serie refleja el lado más radicalmente maligno del ser humano, hasta el punto de que su imagen se funde en la historia con la de los hombres lobo y los vampiros (como ha documentado Peter Vronsky) y, en general, con la idea del asesino como “monstruo”, particularmente dotado para engañar y matar gratuitamente, por el mero placer de hacerlo, y cuya expresión máxima en la ficción sería el psiquiatra Lecter de El silencio de los corderos.»
«Muchos de los asesinos en serie más reputados (incluyendo sobre todo a Manson, aunque su caso está recogido en otra parte del libro) imaginan perfectamente el sufrimiento que van a causar a sus víctimas y son bien conscientes de que transgreden las leyes divinas y humanas, por poco que les importe ese hecho. Esto precisamente pone en evidencia lo que el sociólogo Jack Katz ha definido como “la atracción sensual y moral de hacer el mal”.»
«Tanto la serie Mindhunter como las declaraciones de Ted Bundy a la televisión y a los escritores Michaud y Aynesworth, quienes lo entrevistaron durante muchas horas, revelan que, para el serial killer, la estética, la forma, conlleva la sustancia: acechar y matar siguiendo un protocolo es lo que satisface sus fantasías. Y cuando el true crime se ocupa de ellos, entra en el terreno del Mal individual con mayúscula, en el que reconocemos que hay gente atraída por el puro goce de matar.»
«Si repasamos la biografía de la mayoría de los asesinos en serie sexuales (que a su vez son mayoría entre los asesinos seriales), veremos que muchos elementos de su modus operandi recuerdan los de la práctica de la caza, desde la selección y persecución de la pieza hasta la recogida de trofeos. Por el contrario, como ha demostrado Marissa A. Harrison, la inmensa mayoría de las asesinas seriales matan a gente conocida, lo hacen cerca de sus casas, tienen un móvil financiero o intentan liberarse de cargas personales, y no emplean armas de caza como el cuchillo ni las de fuego, sino que predomina el veneno.»
«En la experiencia estética del criminal en serie todo es […] íntimo y privado: Bundy retorna a los sitios de ocultamiento del cadáver para revivir la posesión de las chicas; Kemper y Brudos tienen un sótano donde guardan a las víctimas muertas; Andrew Cunanan mata en la privacidad del dormitorio o de una casa para que nadie lo vea.»
El hito de Zodiac
«Zodiac es una película excelente que narra el inicio de una nueva época del crimen que influirá sobre su imagen en la cultura popular. Muchos seguirán al Zodíaco en el período de 1970-2000, la gente aprenderá a temer a los asesinos en serie (a veces más de lo debido), aparecerán cientos de libros y de películas sobre ellos, y la policía de Estados Unidos (y por extensión, con el tiempo, de prácticamente todo el mundo) desarrollará cambios sustanciales para adaptarse a este nuevo tipo de asesino que iba a definir la sociedad de consumo creada a partir de los años sesenta del pasado siglo, cuando parecía que el mundo lograba sus mayores cotas de bienestar y libertad.»
Hablemos de psicología. Mindhunter (2017)
«Mindhunter nos lleva a conocer los fundamentos de la metodología del perfil criminológico o “perfil criminal “ [profiling en inglés] de los asesinos en serie que se derivó de estas entrevistas, un método que dará lugar a casi un subgénero en los programas de televisión de ficción con temática criminal, con títulos tales como Profiler y, sobre todo, Mentes criminales.»
«Desde el punto de vista artístico, es todo un triunfo que la serie se base en los diálogos, colocándose así en las antípodas de series de ficción como Mentes criminales, Bones o CSI, por citar programas que también utilizan a perfiladores y expertos forenses en la investigación de los crímenes.»
Ted Bundy como referente
«Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy explota por acumulación esa experiencia sensorial y la multitud de emociones que nos agitan como seres humanos, porque Bundy definitivamente vive y mata para poseer a sus víctimas y alimentarse de todo lo que éstas puedan ofrecerle. Por su parte, el documental Ted Bundy: enamorada de un asesino ofrece una mirada muy original, nunca desarrollada hasta ahora, acerca de la capacidad de amar que tenía el asesino en serie, poniendo el énfasis en las víctimas que lo padecieron por amarlo o por recibir su violencia. Ambas obras se complementan de forma perfecta, y ofrecen un estudio apasionante de quién fue el asesino en serie que definió la modernidad tardía en lo referente a la comprensión y captura de estos homicidas, con un impacto en el sistema judicial y los medios que todavía no ha sido igualado.»
MANSON Y LAS SECTAS
«El universo de Charles Manson es inagotable para el true crime. Quizá Manson sea, con la excepción de Jack el Destripador, el asesino sobre el que existan más libros, series y programas especiales de televisión, por no mencionar el abundante merchandising que ha explotado su figura. Podríamos haberlo incorporado en la quinta parte del libro, la de los asesinos en serie, pero tiene más sentido considerarlo el líder de una secta (la Familia), dado que él personalmente no mató a nadie, o al menos a ninguna de las víctimas por las que lo condenaron y permaneció en la cárcel hasta su muerte, acaecida en 2018.»
«En conjunto, estos documentales nos revelan las sombras que envuelven a los seguidores que hacen posibles las sectas y, además, nos dejan dos cuestiones sobre las que meditar. Por un lado, resulta asombroso hasta qué punto hay personas que se sienten perdidas y, a pesar de tener familia, están dispuestas a matar o morir para dar un sentido a su vida. Por otro, quizá deberíamos aceptar que, por mucho que nos produzca desasosiego o repugnancia, hay gente que tiene el derecho a dejarse embaucar e incluso explotar si así lo desea.»
La masacre de Jonestown (2018)
«Aunque sin duda el contexto social de la época ayudó a crear el fenómeno de Jim Jones (contracultura, la influencia del pensamiento comunista y anticapitalista, la decepción con la democracia como garante de la felicidad del individuo, la pérdida de la fe en las religiones establecidas, etcétera), no hay que olvidar que ningún país y época están exentos de sufrir el efecto de las sectas, como también se puede ver en España en la interesante docuserie El Palmar de Troya, aunque felizmente menos letales, pero todavía claramente destructivos (y que aún subsiste).»
Waco (2011)
«Waco figura como uno de los grandes fracasos de la historia del FBI y, después de Jonestown, el episodio en que se produjeron más muertes como consecuencia del conflicto existente entre el Estado y un culto o secta.»
«En su excelente análisis del asedio de Waco y de las conversaciones telefónicas que tuvieron los negociadores con David Koresh, el profesor de la Universidad de Auburn Robert Agne señala claramente el principal obstáculo de la negociación: el FBI ponía el énfasis en una serie de cuestiones que no eran relevantes para Koresh. Para éste, todo lo importante tenía que ver con las Escrituras y lo que Dios le había ordenado hacer, mientras que el FBI ponía el acento en la necesidad de que las familias y sus hijos acabaran con el sufrimiento y se pudiera llegar a un punto donde fuera posible continuar la vida […]. Ese diálogo de sordos se observa perfectamente en la serie; cuando se llegan a los acuerdos que finalmente no sirvieron de nada.»
CORRUPCIÓN
«La corrupción de las estructuras que gobiernan un país o de las instituciones que componen el complejo aparato del Estado es tan antigua como la propia sociedad. El primer capítulo de esta parte se hace eco de un libro y del podcast que se basó en él, y es un ejemplo admirable de la gangrena que acecha México en forma de corrupción tanto policial como judicial en su conjunto. Una novela criminal eleva en España el listón del podcast true crime y, con la participación como narrador del propio autor de la novela —Jorge Volpi—, asistimos a una especie de laberinto donde la verdad y la mentira se confunden hasta tal punto que se vuelven irrelevantes.»
«Por otro lado, y al igual que México, Brasil tiene grandes desigualdades sociales e instituciones públicas débiles y corruptas. El documental La muerte vende es una vuelta de tuerca a la cuestión de hasta qué punto se puede manipular a la audiencia a través de programas reality de sucesos. Y, de modo complementario, también explora hasta dónde están dispuestos a llegar algunos productores de televisión por conquistar fama y poder a costa de tergiversar —o directamente inventar— la realidad que les interesa mostrar.»
VÍCTIMAS Y SUPERVIVIENTES
«Tanto la serie documental The Keepers como la película Spotlight han hecho una valiosa contribución para la comprensión y denuncia de los abusos en el seno de la Iglesia católica. Y son obras true crime formidables.»
«Hoy en día es preferible el término superviviente al de víctima, que tiene una connotación de pasividad e impotencia, algo que ha caracterizado durante muchos años a las personas afectadas por los crímenes, destinadas a ser meros espectadores del drama judicial. Sin embargo, no todas las víctimas son supervivientes, y probablemente esa palabra sigue siendo necesaria para poder describir la magnitud del dolor y la destrucción que sufren ellas y sus familias, o sus familias en soledad si el crimen les quitó la vida.»
MUJERES Y TRUE CRIME
«Como señala la estudiosa de este género Rachel Monroe, es paradójico que las mujeres sean las grandes entusiastas del true crime en cualesquiera de sus formatos (libros, series de televisión, podcast) si tenemos en cuenta que la gran mayoría de los delincuentes violentos son hombres, al igual que sus víctimas. Del mismo modo, las mujeres en la actualidad adoptan como estudiantes un papel activo, ya que las matriculaciones femeninas son mayoría en grados de criminología y en estudios de ciencias forenses.
Su explicación es que, a pesar de que las mujeres resultan en promedio menos afectadas por la violencia —recordemos que hay grupos muy vulnerables, como las prostitutas—, ellas sí tienen más miedo al delito, lo que estimula su interés por aprender vicariamente de los relatos true crime tácticas o claves para evitar ser atacadas.»
EL SISTEMA DE JUSTICIA
«En materia de justicia, el resultado depende en gran medida de la representación de la defensa y la acusación; de ahí que, sobre todo en los juicios con jurado, este subgénero dentro del true crime se avenga tan bien a la dramatización dentro de la ficción.»
El peso de las pruebas: Proyecto Inocencia (2020)
«Uno de los responsables del Proyecto, que nació a raíz de las posibilidades que proporcionaba la moderna tecnología forense del ADN, comenta en uno de los episodios que “los fiscales siempre están dispuestos a reconocer la fiabilidad del ADN cuando sirve para incriminar a un culpable, pero no tanto cuando se convierte en una prueba para exonerar a un inocente” […]. Esto da un filo diferente a esos documentales, porque necesariamente sacar a un inocente de la cárcel implica que el sistema judicial ha cometido errores graves y, lo que es peor, quizá sean errores crónicos y permanentes, lo que hace del documental una auténtica denuncia, inteligente y refinada si se quiere, pero con mucha enjundia.»
*Contenido original proporcionado por la editorial Ariel
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