Encuentro con Use Lahoz

El pasado mes de octubre tuvimos un encuentro con Use Lahoz, para hablar de su última obra Los buenos amigos, podéis encontrar aquí nuestra reseña.

Autor de Los Baldrich (2009), novela con la que fue nombrado Talento FNAC y que tuvo una excelente acogida por parte de los lectores y la crítica, y La estación perdida (2011). Es autor también de la novela Leer del revés (2005), distinguida en el Festival du Premier Roman de Chambèry, y de los libros de poemas Envío sin cargo (2007) y A todo pasado (2010), así como de la novela juvenil, junto con Josan Hatero, «Volverán a por mí» (2012), con la que obtuvieron el Premio La Galera Jóvenes Lectores. Es colaborador habitual en El Viajero de El País y en otros medios nacionales y latinoamericanos.

Para Use Lahoz cuando comienza a escribir una novela hay que entrarla con una voluntad poética a la hora de ambientar y de escribir, y con una voluntad científica para describir la psicología de los personajes. Los personajes son la clave de todo, que estén bien definidos y tengan matices, el autor nos dice que él no cree en las novelas de «buenos y malos», no todos somos ni muy buenos ni muy malos.

Use Lahoz es un escritor de imágenes, esta novela surge a partir de una imagen que vio en un bar del paseo de San Juan (Passeig de Sant Joan) de Barcelona. Un jueves Santo se encontró en dicho bar a una mujer en el suelo fregando y dos hombres tras la barra mirándola y durante años le dio vueltas a esta imagen y así surgió la historia.

El autor nos cuenta que esta imagen le estimuló la mente y se inventó una historia a partir de este recuerdo. Un escritor es un observador de la realidad, sus maestros han sido las lecturas y le ha enseñado mucho la ficción.
Los temas más presentes en la última obra de Use, son la amistad y el amor, el autor nos dice que para él estos dos sentimientos son los imprescindibles para vivir y son a la vez los dos sentimientos más fuertes y más frágiles a la hora de encontrarlos y mantenerlos. En esta novela hay muchos más temas como la adolescencia, la madurez, el paso del tiempo, la envidia, la lucha de clases…

Hablamos de la estructura del libro, algo muy importante para el autor. Tenía tres posibles estructuras para este libro, pero el principio lo tenía claro. La opción de un capítulo de uno y luego otro de otro le aburría y prefirió arriesgar al contar la primera parte conjunta, la parte de uno, la parte de otro y luego juntar las historias.
Cuando empieza a escribir el autor no sabe cuántas páginas va a escribir, la historia va surgiendo. Le gusta respetar a los personajes incluso en su fatalidad. Una de las grandes influencias en este libro es “Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García Márquez.

Charlamos sobre la “frotografía” de la novela, la ambientación en Barcelona, las descripciones de rincones de la ciudad condal, y el autor nos sorprende con esta gran frase “la literatura es el arte de callar a tiempo”, al comentarle que en algunas escenas es mas lo que calla que lo que cuenta. Hay momentos en la novela que el autor deja trabajar a nuestra imaginación.

Sobre su rutina de escritura Use nos dice que lo más importante es la constancia y la metodología. Si sus clases en Paris se lo permiten escribe todas las mañanas, y ha tardado tres años en escribir “Los buenos amigos”.
De esta novela el autor espera que a los lectores les guste su nueva obra y nos agradece que los lectores somos muy fieles a todas sus obras.
Comentamos sobre las erratas de los libros, y el autor nos confiesa que en la primera versión de la obra el apellido de Sixto empezaba con C. Pero es algo normal aunque pase por correctores, editores, etc…
El título provisional de la obra era “Hijos de nadie”, pero se decidió por “Los buenos amigos” ya que le gustan los títulos de adquieren significado cuando terminas de leer la novela.

¿Y qué hay del escritor en esta novela? En todos los personajes hay un poco de él. Al trabar con la memoria, se reflejan esas cosas en la novela. El personaje que más tiene de el es Eva, la hija de Sixto.

Agradecer al autor por dedicarnos un rato de su tiempo, ha sido un placer conocer de cerca a este gran autor y mejor persona. Y gracias a David J. Skinner por las excelentes fotografías que siempre nos hace.

Los buenos amigos es una lectura impactante y que se convertirá en una de esas novelas que jamás llegas a olvidar por su magistralidad y por su…  Eso tendréis que llegar a descubrirlo por vosotros mismos.