«Historia de un soldado comunero», de Félix Buisán: la historia vista a través de los ojos de gente corriente.
Que un hecho de la relevancia de la guerra de las Comunidades haya pasado casi desapercibido para la mayoría de la gente hoy en día es algo que a Félix Buisán (Palencia, 1957) siempre le ha chocado. Quizá por eso, este doctor en Medicina y apasionado de la historia se ha propuesto escribir en Historia de un soldado comunero el desarrollo de aquel hecho histórico a través del mejor vehículo que existe para acercarse a la gente de a pie: la misma gente de a pie, aunque de otra época.
La guerra de las Comunidades de Castilla es uno de los fenómenos más decisivos de la historia de nuestro país, pero, a la vez, uno de los menos conocidos, o quizá sea más justo decir peor conocidos, de nuestro pasado. Los comuneros, nombre por el que son más ampliamente referidos, se levantaron contra Carlos de Habsburgo, que por aquel entonces ostentaba solo el numeral I en tanto que aspirante a la corona imperial, por lo que consideraban un derroche excesivo de dinero en pos de sus anhelos de poder y veían peligroso que el rey, que ni siquiera hablaba español todavía, se rodease exclusivamente de extranjeros, que pasaron a ocupar los altos cargos de poder, despertando el recelo de las élites castellanas.
Como no se trata aquí de escribir un texto divulgativo de carácter historiográfico, basten estas pinceladas para hacernos una idea de lo que supuso este movimiento en la historia patria, y que aún hoy sigue enfrentando a los investigadores en la materia, como muy bien explica Félix Buisán: «Para algunos investigadores e historiadores, la guerra de las Comunidades de Castilla de 1520 fue una verdadera revolución, la mayor revuelta urbana desarrollada en Europa durante la Edad Moderna, calificando a los comuneros como héroes y defensores de la libertad frente al absolutismo de Carlos V. Para otros, sin embargo, los comuneros eran feudales, xenófobos, conservadores y reaccionarios, entre otras consideraciones. En todo caso, fue una guerra civil entre comuneros e imperiales, donde el castellano de aquellos tiempos (como otras tantas veces) tuvo que elegir, o le obligaron a tomar partido, entre dos bandos».
Lo que el escritor palentino se ha propuesto en su Historia de un soldado comunero es acercar este proceso histórico tan importante al público en general, de una manera amena, pero cuidando mucho el proceso documental, en el que, a pesar de no ser un académico de la materia, se ha sumergido durante años para dar forma a esta novela. «Esta obra no es un ensayo divulgativo ni una historia novelada, sino una novela, una ficción, cuyo contexto se desarrolla en un momento histórico determinado. No obstante, he consultado muchos libros sobre el tema y el listado de artículos y ensayos que he leído y releído para documentarme ha sido extenso. El proceso de documentación histórica me ha llevado mucho tiempo (unos tres años). Quiero aclarar que no soy historiador, ni experto en la guerra de las Comunidades de Castilla, ni tampoco en el siglo xvi en España, por lo que documentarme en aquella época me ha llevado un gran trabajo», explica.
La idea nació hace tiempo, cuando su padre le contó que había escrito una obra que pretendía enviar a un concurso. Surgió así en Félix Buisán un proyecto que culmina ahora con la publicación de Historia de un soldado comunero. La diferencia, como bien explica el propio autor, con aquella obra de su padre, e incluso con tantas otras que existen en el mercado, radica en sus protagonistas: «Hace años, le propuse a mi padre (ya fallecido) que escribiera algo sobre el tema. Él era castellano, de Palencia, periodista y escritor, y escribió una novela corta, que no llegó a publicar, ensalzando a los héroes comuneros que lucharon en aquella guerra, al principio del reinado de Carlos I. Entonces decidí que algún día yo también escribiría una novela ambientada en ese escenario histórico, pero los protagonistas no iban a ser los héroes enaltecidos por la historiografía moderna, sino gente del pueblo, del común, personajes anónimos y sencillos, que vivieron y sufrieron aquella contienda».
Convencido de que su historia tiene la calidad suficiente como para atraer al público, sumergirles en aquella convulsa época y hacer que la historia de los comuneros no caiga en el olvido, este doctor en Medicina también confía en que, algún día, Historia de un soldado comunero pueda estar en el catálogo de una gran editorial: «Si consiguiera que alguien de una editorial grande dedicara doce o trece horas de su tiempo a su lectura (que es lo que, más o menos, se tarda en leer la novela), no tengo la menor duda de que apostaría por ella y la publicaría. Incluso, con solo un vistazo, ese alguien se daría cuenta de que es muy buena, tanto desde un punto de vista literario como comercial».
Por Eva Fraile, de La Reina Lectora
@reinalectora