Continuamos con nuestra ronda de entrevistas, hoy es el turno de una buena amiga del blog a la que tenemos gran cariño. Hablamos de Sara Mañero Rodicio autora de El sueño del árbol y Atrapando la luz de ambos libros podéis encontrar la reseña en el blog.

En esta nueva sección escritores y escritoras tienen total libertad para contestar lo que quieran a las 15 preguntas que les lanzamos, no te pierdas las respuestas de Sara Mañero, son sinceras, divertidas y nos permiten conocer un poco más su nueva obra Del sol llegaron sombras, que se ha publicado recientemente con la editorial Verbum, y a ella misma que es una excelente persona y a la que apreciamos muchísimo.

Biografía de Sara Mañero Rodicio

Sara Mañero Rodicio es Licenciada en Filología Inglesa y Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de València. Su tesis doctoral, “El Arcipreste de Talavera de Alfonso Martínez de Toledo”, obtuvo el premio “Fernández Abril” de la Real Academia Española. Ha colaborado en traducciones dramáticas y poéticas (La comedia de las equivocaciones, de Shakespeare; Dos Leyendas, de Ted Hughes; Cuatro cuartetos, de T.S.Eliot…), así como en adaptaciones teatrales.

En el campo de la ficción, cuenta con diversos relatos publicados, siendo finalista del concurso “Erradicando la violencia de género” (Asociación Eleanor Roosevelt) con el texto “Cuando el sueño engendra monstruos”. Su primera novela, Mientras sorprendan los días (Ed. Hades), se publica en 2015, y en ese mismo año Verbum edita El sueño del árbol, un viaje por la historia de Filipinas. Atrapando la luz, su tercera novela, supone un homenaje a las mujeres que se anticiparon a su tiempo, así como al mundo de la fotografía.

Entrevista a Sara Mañero Rodicio autora de «Del sol llegaron sombras»

 

1. ¿Qué vamos a encontrar tras «Del sol llegaron sombras», y cómo definiría este libro?

«Del Sol llegaron sombras» es un viaje por un doble presente que baila entre dos polos: desde una pequeña zona de Guadalajara, de un lado, al Madrid contemporáneo, del otro. Pero también es una travesía al siglo XVI, junto a las naos que cruzaban el Atlántico camino del Nuevo Mundo, hasta el Perú de los años que rodearon la conquista; y en esta travesía es el Inca Garcilaso de la Vega quien nos guía gracias a su especial conocimiento de ambos espacios, el del pueblo sometido y el de los conquistadores. Definir la novela no es simple. Hay elementos de contextualización histórica, pero no es una novela histórica al uso; hay elementos que podrían acercarla al género policiaco, según algunos, pero tampoco creo que lo sea. Imagino que la novela tiene mucho de búsqueda, tanto a un nivel evidente como a otro más simbólico.

2. ¿Cuándo comenzaste a interesarte por la escritura y cuándo decidiste convertirte en escritor/a?

Pues aunque parezca extraño, sí conozco bien el momento alrededor del cual comencé a escribir. A los seis años tuve que guardar reposo durante un año entero. Cosas de los médicos de aquellos tiempos lejanos. Por entonces no había videos, ni consolas, ni móviles, ni siquiera programación matinal de la televisión. Pero eso sí, en mi casa abundaban los libros y entretuve los meses leyendo sin pausa. Imagino que, no obstante, me aburriría también y fue entonces cuando mi padre inventó un juego: a diario, antes de salir a trabajar, me daba algunas palabras y me indicaba si debía incluirlas en un cuento o en un poema. A su regreso yo tenía siempre dispuesta la tarea. Fue, desde luego, un entrenamiento increíble y, además de métrica, aprendí muchos recursos, aunque fuese de manera intuitiva; descubrí un vocabulario espléndido también y creo que adquirí una gran fluidez en la redacción. En aquel año me convertí en una voraz lectora y en una aprendiz de escritora. En cuanto a cuándo decidí convertirme en escritora, si por tal se entiende no alguien que escribe, sino alguien que publica lo que escribe, solo puedo decirte que nunca. En ningún momento tomé esa decisión. La tomaron por mí. Yo había escrito toda mi vida y acostumbraba a tirar lo que escribía. Esto ya lo he contado alguna vez. Verás, en 2014, limpiando cajones, descubrí un disquete con parte de una novela escrita en los noventa, que recordé al instante. Por razones diversas, decidí reescribirla y conservarla fotocopiada. Así se descubrió en mi casa que yo escribía y, desde ese momento, dejé de controlar la situación. Yo nunca decidí convertirme en escritora a ese nivel. Ni siquiera me siento tal.

3. ¿Cómo surgió la idea del tu último libro «Del sol llegaron sombras» y en qué te basaste para escribirlo?

Hace un par de décadas trabajé los «Comentarios Reales», del inca Garcilaso, y me apasionó esa dualidad del mestizo que se ve obligado a elegir entre el mundo de la madre, una princesa inca, y el del padre, un conquistador compañero de Pizarro. Luego, a fines del 2015, surgió la imagen inicial de esta novela y supe que con ella iba a volver a Perú, como así fue. Cuando la acabé, en 2016, me pareció un bonito guiño, pues hacía 500 años de su muerte. No suele recordarse, pero el Inca Garcilaso murió un 23 de abril de 1616, la misma fecha de la muerte de Shakespeare y Cervantes, bueno, salvado el desfase del calendario propiciado por el Papa Gregorio XII. ¿En qué me basé? En la parte relativa al mundo inca, es la visión de Garcilaso la que prima, sin duda. El resto fue surgiendo al hilo de una maleta abandonada en un bosque.

4. ¿Qué fue lo más difícil a la hora de escribir «Del sol llegaron sombras»?

Ofrecer un registro lingüístico adecuado a la línea temporal del siglo XVI, por supuesto. Aprender de la vida en aquellos barcos endebles, de esos viajes incómodos y peligrosos, fue laborioso, pero no difícil. Además, yo siempre disfruto la labor de documentación. Pero lograr que esos personajes sonaran reales me resultó más complejo. Leí muchos textos de la época, estudié vocabulario, giros…, en fin, fue laborioso. Espero haberlo logrado.

5. A la hora de ponerte a escribir… ¿Tienes un horario determinado o escribes en cualquier momento del día?

Escribo cuando puedo y no tanto como desearía. Imagino que eso nos pasa a todos los que no tenemos la suerte de poder convertir la escritura en nuestro oficio.

6. ¿Tienes un lugar de trabajo determinado para escribir y como está ambientado?

Suelo escribir en mi estudio, donde dispongo de un ordenador con una gran pantalla. Pero cuando no estoy en casa, puedo escribir en cualquier lugar. El último cuento, por ejemplo, lo he escrito en el avión hace unas semanas. Por otro lado, como soy de dormir poco, escribo mucho mentalmente, durante las largas noches; después solo tengo que pasarlo al ordenador, pues mi memoria es buena. ¿Cómo está ambientado? Con muchos libros a mi alrededor, algunos objetos traídos de mis viajes y dos grandes fotografías de una muy buena amiga fotógrafa.

7. ¿Qué es lo que más te despista o distrae mientras estás escribiendo?

Mis animales. La perra acostumbra a dormir a un lado de la mesa y el gato al otro, o incluso sobre mis papeles, según le apetezca, pero cuando llevo varias horas trabajando suelen inquietarse y me obligan a parar. Eso si tengo la suerte de que no me llaman ofreciéndome que cambie de compañía de teléfono, claro, porque esos operadores sí que me distraen.

8. ¿Cómo es la creación de los personajes de tus libros?

Pues creo que voy a quedar muy mal, pero si he de ser sincera, se crean solos. O por lo menos no los creo yo de una manera consciente. Empiezo a escribir y ahí están, me van contando su vida. Parto de una idea muy general, claro, pero el detalle es algo que simplemente escribo, no planifico. Mira, pongamos el caso de Pilar, la protagonista de «Mientras sorprendan los días»: yo deseaba que fuese una persona con vocación de servicio y decidí que fuese enfermera; sin embargo, ella quería ser médico y me explicó con todo detalle por qué no lo era. O fíjate en Elvira, la protagonista de «Atrapando la luz». Por supuesto tenía que ser fotógrafa, no había la menor duda; no obstante, me encontré de pronto situándola como hija de un guardia civil, cuando se trata de un trabajo del que yo lo desconocía todo y habría sido, sin duda, mucho más simple para mí si se hubiese tratado de la hija de una labrador, de un artesano. No, mis personajes se van escribiendo a la vez que avanza la novela y, en ocasiones, yo misma me sorprendo.

9. ¿Tienes alguna anécdota graciosa que compartir con nosotros? Algo curioso que te ocurriera mientras escribías «Del sol llegaron sombras» o alguna de tus novelas o en alguna presentación.

Creo que lo que más gracia me ha hecho hasta ahora sucedió con «El sueño del árbol». Me escribieron una reseña comentando que debía tratarse de una novela autobiográfica, relativa a mi familia o a alguien cercano, y que se notaba que había vivido en Filipinas. Lo cierto es que jamás he estado allí, por supuesto, ni la novela tiene que ver con nadie conocido. Y en relación a «Del Sol llegaron sombras» sí que me ocurrió algo curioso, pero fue tras su escritura. Dos años después de acabarla viajé a Perú y contratamos una guía estupenda que nos acompañó parte del viaje. En Cuzco, yo no reconocía algunos lugares y no dejaba de preguntar al respecto, hasta que Karla, nuestra guía, me llevó a un mural que representa un mapa del Cuzco incaico, antes de las transformaciones que efectuaron los españoles, y me dijo que el Cuzco del que yo hablaba había dejado de existir en el siglo XVI. Pero claro, para mí era el único cercano.

10. ¿Lees las reseñas o críticas que se hacen de tus libros?

Bueno, tampoco me hacen tantas, así que sí, claro que las leo todas con mucha ilusión, y de todas aprendo. También procuro agradecer su trabajo a cuantos se toman la molestia de reseñarme. Creo que es lo menos que debo hacer. Pero insisto en que puedo permitirme hacerlo.

11. ¿Qué estás leyendo actualmente? ó ¿Cuál es el último libro que has leído?

Acabo de releer «Doctor Faustus», de Thomas Mann. Ahora estoy leyendo a Mikel Alvira, «El color de las mareas».

12. ¿Cuáles son tus autores preferidos y que nos recomendarías leer?

¡Hay tantos! Hay autores que siempre están ahí, en la recamara, a los que acudo una y otra vez. Yourcenar, Joyce, Dostoyevski, Faulkner, Conrad, Melville, Foster, Eliot, Mann, James, Stendhal… No podría mencionarlos a todos, aunque hay un predominio de escritores en habla inglesa o francesa, pues son las lenguas que domino y, siempre que puedo, me gusta leer en el idioma original. Entre los contemporáneos, Auster, Roth, McEwan, Marías, Visniec… ¿Recomendar? No me atrevería a recomendar lecturas sin conocer al lector, pues se trata de algo demasiado personal. A mí me encanta Yourcenar, por ejemplo, pero sé que es una lectura demasiado pausada para muchas personas. No, a recomendar no me atrevo.

13. Aparte de leer, ¿tienes otras aficiones?

La música, por supuesto. El teatro, que me parece mágico. Pasear, ya sea cerca del mar o en la montaña. Cocinar es algo que disfruto mucho también, sobre todo cuando se trata de agasajar a la familia o los amigos, por eso suelo organizar cenas con frecuencia. Viajar es una pasión. El cine siempre es motivo de satisfacción, aunque lamentablemente y por razones ajenas a mi voluntad, no puedo disfrutarlo como antaño. Una buena conversación es algo a lo que jamás me puedo negar. En fin, tengo muchas aficiones, como puedes ver.

14. ¿Qué consejos darías a alguien que quiere ser escritor, o escritora?

Tampoco soy persona de dar consejos, la verdad, pero creo que lo único que en verdad importa es leer, leer mucho, leer siempre. Luego, en la vertiente práctica, imagino que es esencial no desanimarse y no desistir ante los rechazos de editoriales, agentes y demás.

15. Para terminar, me gustaría que nos contaras sobre lo que buscas y pretendes como novelista/escritor/a.

No busco gran cosa. Solo seguir escribiendo para poder disfrutar de esos momentos increíbles en los que te encuentras viviendo en una realidad paralela, en los que conviertes a tus personajes en seres tan cercanos que podrías conversar con ellos, discutir sobre el devenir de la narración, regañarles incluso. No podría vivir de otro modo. Desearía, eso sí, ser capaz de transmitir algo de ese hechizo, lograr deleitar a un posible lector con mis frases, con mis historias, pero eso creo que es secundario. Hay una cita de Virginia Wolf (otra de esas autoras a las que siempre retorno) que siempre me ha parecido muy acertada: «La verdad es que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es solo un placer superficial”. Siendo importante que te lean, por supuesto, me parece que lo esencial, al menos para mí, es el propio acto de la escritura. Por eso pretendo seguir escribiendo, con independencia de que vuelva o no a publicar.

Queremos a gradecer a Sara Mañero que haya accedido a concedernos esta entrevista y también agradecemos su sinceridad y simpatía. Esperamos que tus obras lleguen a muchos lectores porque te lo mereces. Muchas gracias amiga.

Nos vemos en la Feria del Libro!!

 

Ficha del libro Del sol llegaron sombras

Título: Del sol llegaron sombras
Autor:  Sara Mañero Rodicio
Editorial: Verbum
Publicado: 2 de abril de 2019
Páginas: 358
ISBN: 978-8490749043
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