La soledad no es siempre negativa: El cerebro puede beneficiarse.
En algunos artículos de este blog hemos comentado que la soledad forzosa puede deteriorar el cerebro. Sin embargo, los momentos de soledad son también enriquecedores para mejorar la materia gris, según los estudios.
El aislamiento es un mal compañero de la salud cerebral
Una de las cosas más fascinante del cerebro humano está en su plasticidad, la capacidad para adaptarse a ambientes y sociedades para vivir en grupos sociales complejos. La soledad no buscada puede por ende convertirse en una situación completamente anómala y radicalmente contraria a la naturaleza del cerebro humano.
Paradójicamente, con el mayor desarrollo de la hiperconectividad y las redes sociales, las estadísticas indican que un 25% de la población mundial manifiesta que no tienen personas con quien dialogar. Hasta el punto de que el aislamiento social se ha convertido en un problema de salud pública para muchos gobiernos. La soledad se está convirtiendo en una triste epidemia.
El coste económico de la soledad
Hay muchos estudios que demuestran que el aislamiento social y la soledad “crónica” afectan al estado físico y mental, a la actividad cognitiva, la motivación, el aprendizaje, la hipertensión, el detrimento del sistema inmune y la esperanza de vida. También aumenta el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como la depresión y el Alzhéimer. En un artículo de este blog se comentó que visitar a los amigos dos veces en semana reducía el riesgo de Alzheimer en un 12%.
Algunas cifras en torno al impacto de la soledad son escalofriantes: Se calcula que afecta a un 15-20% de la población, y disminuye la esperanza de vida en un 31%. En Reino Unido, se ha calculado que la soledad cuesta 6.000 libras anuales por persona a la sanidad. Algo parecido ocurre en Japón, considerado uno de los países con más personas solitarias del mundo. Según un semanario nipón existen 4000 muertes en soledad a la semana.
Mayor materia gris en las personas solitarias
A pesar de las consecuencias devastadoras para la salud, algunos aspectos de los circuitos neuronales parecen verse beneficiados en soledad.
Un estudio de la Universidad McGill (Canadá) ha demostrado que practicar la soledad mejora la salud cerebral, aumenta la materia gris y el número de conexiones entre las neuronas.
En el estudio, los investigadores utilizaron el Biobanco de Reino Unido para analizar la carga genética, los análisis de bienestar psicológico y las imágenes por resonancia magnética de los cerebros de unas 40.000 personas comprendidas entre los 40 y los 69 años.
En las resonancias magnéticas se cuantificaron tanto la microestructura de las fibras, como la conectividad entre las neuronas y la morfología de la materia gris (donde hay mayor densidad de los cuerpos de las neuronas). Se observó que los perfiles neurobiológicos de personas más solitarias demostraba que tanto el “circuito por defecto” (el que se activa cuando nuestra mente está divagando) estaba más desarrollado. También se observaba una mayor integridad en la estructura de las conexiones neuronales. Las conexiones en las personas solitarias estaban sobre todo activadas en la actividad de la introspección, la planificación, la imaginación y evocar a otras personas.
La red predeterminada (o por defecto) se usa precisamente para recordar el pasado y planificar el futuro hipotético, por lo que tendría mucho sentido que estuviera más activo en las personas que se sienten solas a veces. De esta manera, el cerebro compensaría rellenando “los huecos” que genera la baja actividad social y superar así el aislamiento social en la carga cognitiva.
No obstante, los investigadores alertan de que la soledad es una importante carga social y puede afectar a la longevidad del cerebro si se convierte en una soledad no buscada.
Por consiguiente, busquemos momentos de silencio e introspección, pero no olvidemos que nuestro cerebro se forjó como seres altamente sociales que necesitan interaccionar con los demás. Si te sientes a veces en soledad por la situación pandémica actual, prueba a hablar por teléfono más a menudo, incluso con personas que frecuentas poco e interacciona más en los lugares públicos, incluso hablando con desconocidos. Por supuesto, no olvidemos en ningún caso la distancia de seguridad para evitar contagios por la COVID-19.
Por Raquel Marín
Pon en forma tu cerebro: Plan de actividades, probióticos y recetas para mejorar tu cerebro
de Raquel Marín
Publicación: 24 de octubre de 2019
Editorial: Roca Editorial
Páginas: 336
ISBN: 978-8417771195
Sobre el libro:
Tras el éxito de Dale vida a tu cerebro, donde la neurocientífica Raquel Marín nos hablaba de las necesidades nutritivas de nuestro cerebro para mantenerse joven y sano, y de cómo una correcta alimentación puede prevenir enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson, llega Pon en forma tu cerebro, con las pautas necesarias para alcanzar la máxima eficiencia de nuestra mente, haciendo especial hincapié en la estrecha relación que existe entre cerebro e intestino, una evidencia científica contrastada.
Guía para el mejor estilo de vida, con pautas físicas, mentales y emocionales, y los alimentos que necesitas para estar en óptima salud mental durante todas las etapas de la vida.
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